El sector bancario atraviesa un periodo de inestabilidad excepcional. Los bancos están preparados para hacer frente a todo, desde la volatilidad de los tipos de cambio hasta los aranceles inesperados, sin mencionar las crecientes expectativas de una base de clientes cada vez más acostumbrada a unos servicios digitales muy cómodos.
Para resistir estos desafíos, reforzar la resiliencia y seguir siendo competitivos, los bancos deben invertir en innovación. En todo el mundo, las instituciones financieras ya están utilizando tecnologías emergentes para mejorar la experiencia del cliente, gestionar el riesgo y diversificar sus ofertas principales. Entonces, ¿cuáles son las mayores tendencias tecnológicas que podemos esperar ver desarrollarse durante el próximo año y qué tipo de impacto tendrán realmente?
Es hora de explorar tres tendencias clave en la innovación bancaria y desentrañar cómo la inteligencia de procesos puede llevar estas tendencias al siguiente nivel.
Tendencia de innovación n.º 1: Mejorar la eficiencia
Las startups fintech y los neobancos nativos digitales están llevando la innovación a nuevas cotas, al perfeccionar sus aplicaciones de banca móvil para maximizar la eficiencia e impulsar la participación del cliente. Mientras tanto, los esfuerzos de transformación digital de los bancos convencionales suelen verse frenados por los rígidos sistemas heredados, la fragmentación de la tecnología y la creciente deuda técnica.
Esto tiene un efecto dominó en la velocidad y la eficiencia. No solo en lo que respecta a las operaciones bancarias internas, sino también a los productos financieros y al servicio de atención al cliente. La falta de avances tecnológicos no ha pasado desapercibida: el 79 % de los responsables de la toma de decisiones empresariales señalan problemas con los bancos tradicionales, incluidas comisiones excesivas, transacciones lentas y malas experiencias móviles, según este informe de Revolut.
Pero los bancos tradicionales están innovando con la eficiencia en mente. Muchos utilizan tecnologías como la IA conversacional para lanzar chatbots que son capaces de reducir cuellos de botella en el servicio al cliente y gestionar grandes volúmenes de consultas. Otros buscan vías de pago en tiempo real para facilitar la transferencia inmediata de fondos entre cuentas. La automatización también se utiliza de una manera innovadora, no solo para agilizar las comunicaciones con los clientes, sino también para minimizar los recursos que se dedican a tareas operativas repetitivas, como la presentación de informes y la entrada de datos.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, estas mejoras se realizan de forma aislada. Las mejoras en partes concretas del recorrido del cliente o en un solo paso de un proceso interno tienen un alcance limitado. ¿El resultado? Sistemas arcaicos, datos financieros aislados y una desconexión que impide una comprensión compartida del funcionamiento de toda la organización.
Encontrar nuevas formas de optimizar con inteligencia de procesos
La inteligencia de procesos revela cómo funcionan realmente los procesos dentro de un banco. Esta visibilidad sincroniza los departamentos y los sistemas y, al mismo tiempo, aprovecha la IA para optimizar los procesos de forma continua, de modo que las organizaciones se adaptan y están preparadas para cualquier curva que le depare el mercado.
Para obtener más información sobre cómo la inteligencia de procesos favorece operaciones más inteligentes e impulsa experiencias de cliente más rápidas en el sector financiero, descarga Inteligencia de procesos para la banca: la guía definitiva.