No hay un banco en el mercado que no haya invertido en transformación digital. Sin embargo, a pesar de la clara priorización de estas iniciativas, la investigación de McKinsey revela que más de la mitad de las transformaciones digitales bancarias superan su plazo y presupuesto iniciales o fracasan por completo.
Los bancos y las organizaciones de servicios financieros se enfrentan a una considerable inestabilidad económica y necesitan protegerse frente a factores que van desde los cambios en los aranceles hasta la evolución de la normativa y el riesgo geopolítico. Además, deben adaptarse a las crecientes expectativas de los clientes en cuanto a comodidad, calidad y rapidez; por ejemplo, una encuesta reciente muestra que el 48 % de los clientes de bancos estadounidenses ya prefieren realizar operaciones bancarias en aplicaciones móviles.
La transformación digital es fundamental para la estrategia de cara al futuro. Entonces, ¿por qué, si se invierte tanto tiempo y dinero, estas iniciativas siguen teniendo un rendimiento inferior?
Resolver la desconexión
El principal culpable es la desconexión que hace imposible la visibilidad completa del rendimiento del proceso. En el modelo de negocio estándar de una institución financiera, los diferentes departamentos y sistemas funcionan inevitablemente de forma independiente y en el vacío. Sin una comunicación bidireccional eficaz, sus datos están en silos, lo que impide la visión integral necesaria para una transformación digital exitosa.
Ahí es donde la minería de procesos entra en juego. La minería de procesos conecta departamentos, procesos, programas y personas, lo que permite una visibilidad de los datos sin igual que revela cómo funcionan realmente las instituciones financieras y, posteriormente, cómo pueden funcionar de manera más eficiente.
Sigue leyendo mientras exploramos la definición cada vez mayor de transformación digital y qué hace que la minería de procesos sea la piedra angular de su éxito en el sector bancario.