Hay ciertas cosas que funcionan mejor juntas. Es el caso de la sal y la pimienta, los macarrones y el queso, o el pan y el aceite.
En los últimos años, la IA y la automatización han surgido como una de estas combinaciones perfectas. Empresas de una amplia gama de sectores están integrando la IA y el aprendizaje automático en su negocio para automatizar procesos, lo que les permite mejorar la productividad, reducir los errores, optimizar los recursos y conseguir resultados. ¿A quién no le gustaría tener todo eso?
No cabe duda de que la IA y la automatización han consolidado su relación natural. Sin embargo, muchas organizaciones no se dan cuenta de que falta un elemento en esta ecuación; es un ingrediente secreto que transforma la IA y la automatización en una gestión de procesos empresariales sumamente potente.
La IA y la automatización: una pareja ideal para los procesos
Ha surgido todo un sector en torno a la combinación de inteligencia artificial y automatización: la automatización inteligente de procesos (IPA, por sus siglas en inglés). El mercado mundial de IPA se está expandiendo rápidamente; estaba valorado en 14 550 millones de dólares en 2024 y se espera que crezca a una tasa de crecimiento anual compuesta del 22,6 % entre la actualidad y 2030.
La IPA integra la IA en técnicas de automatización tradicionales para que, en lugar de simplemente automatizar tareas rutinarias y repetitivas, las empresas puedan incorporar tecnologías cognitivas como agentes de IA y copilotos a fin de explorar automatizaciones que se adapten a las necesidades de su negocio. Además de seguir las instrucciones establecidas, la IPA puede aprender, adaptarse y mejorar con el tiempo, básicamente pensando por su cuenta. Esto la convierte en un avance respecto a la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), en la que los robots no pueden pensar más allá de los límites de la tarea establecida.
Cuál es la diferencia entre la BPA con IA y la RPA
A medida que el mercado de la IPA se consolida, es interesante examinar sus elementos fundamentales, la BPA y la RPA, así como las diferencias que estas presentan.
En primer lugar, la automatización de procesos empresariales (BPA) tiene la capacidad de rediseñar y orquestar flujos de trabajo completos en diferentes sistemas, mediante API, reglas y pasos de human-in-the-loop (HITL). Las soluciones de BPA pueden redirigir el trabajo, hacer cumplir los SLA e incluso gestionar las excepciones, lo que ayuda a reducir las transferencias, ahorrar tiempo y minimizar los costes de funcionamiento.
Por el contrario, RPA se enfoca en tareas repetitivas basadas en reglas a nivel de interfaz de usuario, para fines como la entrada de datos, la generación de informes o el llenado de formularios. Como he mencionado anteriormente, RPA se limita a su tarea específica, así que piensa en BPA como el conductor de todo el viaje, que podría llamar a un robot de RPA para que lleve a cabo un tramo determinado de ese viaje.